Todas las mañanas, cuando el sol llega hasta el monte Manu, la montaña
más occidental, la diosa del cielo, Nut, se lo traga, al momento en que
dios realiza un peligroso viaje por el infierno en su barca nocturna.
En ese viaje es asaltado por los demonios a la cabeza de los cuales
está Apofis, su enemigo, que según uno de los mitos, es creado en el
mismo momento que el propio Ra. Justo antes del amanecer, Apofis realiza
su ataque más furibundo.
Todas las noches, Ra, en forma de
gato, le ha de cortar la cabeza a la serpiente antes de volver a nacer
en Oriente, de Nut, la madre universal. Luego se eleva y atraviesa el
cielo hasta el ocaso, donde Apofis le aguarda una vez más. Si alguna vez
Apofis consiguiese vencer a Ra, el sol no saldría.
El ciclo
diario de la muerte y resurrección simboliza el ciclo vital de la
humanidad, que tras la muerte, confía en un nuevo nacieminto. Des de
imperio Medio, a Ra, el visible dios sol, se asocia una divinidad
invisible, Amón "el oculto", que conjutamente, como Amón-Ra es adorado
como rey de todos los dioses.
Ra creo al mundo por medio de palabras. Sin embargo, una de las palabras, su nombre secreto, la guardó para sí.
Isis, la hija de Geb y Nut, la tierra y el cielo, y esposa de Osiris,
decidió aprenderse los nombres de todas las cosas, para ser tan grande
como el propio Ra. Finalmente, la única palabra que desconocía era el
nombre secreto de Ra.
Para engañar a Ra y que éste le diera su
nombre, Isis guardó la saliva que había salido de su boca cuando día
tras día cruzaba el cielo (ya era anciano y babeaba) y le dio forma de
serpiente que dejó en su camino.
Invevitablemente, lo mordió a Ra y emitiendo un grito terrible tembló y la vista se le nubló.
Aprovechando su dolor, Isis le ofreció un antídoto si accedía a decirle
el nombre... entonces por fin hizo pasar su nombre desde su corazón al
de ella, dándole poder sobre él.
Utilizando en nombre de Ra, ordenó que el veneno fuese eliminado, dejándolo sano y salvo.